Por Ileana Sánchez Marín.
No habrá nunca una puerta. Estás adentro y el alcázar abarca el universo y no tiene ni anverso ni reverso ni externo muro ni secreto centro.
Jorge Luis Borges.
La creación de infinitas y azarosas formas se dibuja en las líneas de toda una vida, que se han caracterizado por una fluidez constante a representaciones no formales de la expresión innata y latente que se ha construido en el devenir del tiempo.
Patricia Fabre nos guía por medio de un laberinto desconocido, movimientos se forman a partir de una estructura interna armoniosa, cuya composición lineal intenta guiar sin límites a constantes bifurcaciones. Cada trazo se integra por medio de una lectura nueva y profunda a los ojos del espectador. Se hace presente el tiempo entre construcciones de color.
Cada forma es independiente y enlaza un camino incontable de dibujos que cambian al movimiento óptico que estos generan. Sin Límite es una exposición que invita a ver narraciones de tiempo construidas a partir de una práctica incesante y cambiante, donde la inquietud de crear va acompañada de ímpetu y firmeza. La experiencia hace a la práctica, un arma sólida para su continua formación de obra.
Indiscutiblemente la responsabilidad del artista es aquella que se concientiza de su espacio y tiempo; la franqueza con la que se mira el contexto y situaciones adversas ramifican cada trazo que conforma un mapa lineal irrepetible de conciencia, el movimiento de cada pincelada se crea a partir también del riesgo y su imparable atrevimiento consigue cambiar en todo momento parámetros establecidos.
El ritmo constante entre el color y la línea caracterizan parte fundamental de la obra de Fabre, donde incansables formas muestran ante los ojos del espectador que explora, señales y símbolos ocultos, vulnerables siempre al cambio y a la búsqueda de una experimentación que pareciera pronunciar a su paso: el trazo continuo como presente.